MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
Los españoles que sufrieron un infarto de miocardio durante el primer mes del confinamiento por la covid-19 vivirán dos años menos.
Así lo concluye un nuevo estudio de la Sociedad Europea de Cardiología, que analiza el impacto del confinamiento en los pacientes con infarto de miocardio, teniendo en cuenta que la atención temprana en estos casos tiene una «importancia fundamental» en términos de pronóstico y supervivencia a medio y largo plazo, según precisó este jueves en un comunicado el doctor Oriol Rodríguez-Leor, coautor del estudio.
El especialista puntualizó que el estudio ha permitido «saber cuál es el impacto a más largo plazo en términos de mortalidad» e insistió en que los investigadores comprobaron que, «globalmente», los pacientes que tuvieron un infarto durante el primer mes de confinamiento «tienen unas expectativas de vida dos años inferior a lo que tenían los pacientes tratados en el mismo periodo del año anterior».
«El hecho de sufrir un infarto durante el primer mes de confinamiento implica una reducción potencial de dos años de vida», sentenció, para añadir que también se calculó el impacto económico de esta «falta de tratamiento o retraso en el tratamiento», que los especialistas cifraron en casi 90 millones de euros, incluyendo el impacto tanto a nivel social como en cuanto a recursos médicos.
MENOS TRATAMIENTOS Y MÁS TARDE
En este punto, señaló que, durante la pandemia, «se trataron menos pacientes con infarto y los que se trataron se trataron de forma más tardía», lo cual, a su juicio, tuvo «un impacto en la supervivencia de estos pacientes, además de un incremento en los costes sanitarios».
Por esta razón, juzgó «importante» hacer una «previsión» de «qué hay que hacer en el caso de que volvamos a vivir una situación parecida a la de la covid-19» con el fin de «intentar evitar el colapso» del sistema sanitario y que la atención a patologías «no relacionadas» se pueda realizar «de forma normal».
En paralelo, incidió en la importancia de «concienciar» a la población de que, «cuando uno tiene un infarto o piensa que puede estar sufriendo un infarto, es muy importante acudir lo antes posible a un centro médico o solicitar que los sistemas de emergencia vayan donde está el paciente para hacer la primera atención».
El coautor de este estudio recordó que la nueva investigación aporta más información a la avanzada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que ya registró una reducción «significativa», de hasta el 40%, en el tratamiento del infarto de miocardio durante el primer mes de confinamiento por la pandemia de la covid-19 en España en comparación con lo observado durante el mismo periodo del año anterior.
Junto a ello, detectó que los pacientes tratados «tardaban más en recibir tratamiento», lo cual, a su entender, «tenía una importancia fundamental en términos de pronóstico y supervivencia a medio y largo plazo».
Tras defender que, por estas razones, dicho confinamiento tuvo un «impacto directo sobre el tratamiento de los pacientes con infarto de miocardio en España», insistió en que, cuando una persona «tiene un infarto agudo de miocardio, lo primero que tiene que hacer es buscar atención médica».
«En primer lugar, para prevenir la muerte súbita, que es la principal causa de mortalidad en los pacientes que tienen infarto y que puede llegar hasta un 30 o 40% de los casos de infarto y, en segundo lugar, para intentar reducir el tamaño del infarto, mediante una angioplastia primaria, en la que el tiempo es fundamental para reducir el daño que sufre el corazón», resolvió.