– Cuatro de cada diez ciudadanos valoran de forma negativa el estado de su salud mental
MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
El 14,5% de la población ha tenido ideas suicidas o ha intentado suicidarse. Esto ocurre en mayor medida entre las mujeres (17%) que entre los hombres (11,7%). Así se desprende del Informe ‘La situación de la salud mental en España’, elaborado por la Confederación Salud Mental España y Fundación Mutua Madrileña.
No obstante, por edades, las ideación o el intento de suicidio (31,8%) y las autolesiones (30,7%) se producen en mayor grado en el grupo de jóvenes de 18 a 24 años.
Según destacó Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña, «las ideas suicidio por grupos de edad se dan más entre los más jóvenes, en el grupo de 18 a 24 años, la ideación o intento de suicidio se sitúa en el 31,8%, más del doble que en la población general».
La Fundación Mutua Madrileña destacó que las conclusiones de este informe, elaborado a partir de 2.000 encuestas a personas mayores de 18 años, proporcionan una fotografía del estado de la salud mental de la población española. Una salud mental, a la que los españoles dan una importancia de 4,5 sobre 5 sobre su bienestar general.
«El porcentaje de personas que responden a su salud mental como malo o muy malo es casi el 40%. En cuanto al estado emocional, tras 18 meses de la finalización de la pandemia, un 57% se encuentran temeroso, tristes o deprimidos. Hemos dejado fuera a los que se encuentran con ansiedad», detalló Cooklin.
Añadió que «estamos frente a una población pesimista en líneas generales. Si hay grupos que destacan por tener una percepción más negativa de su salud mental son los jóvenes de 18 a 24 años y la población femenina».
Otra de las conclusiones es que el 74,7% de la población en España cree que en los últimos años ha empeorado la salud mental de los españoles. Las tres razones más señaladas como causas de este empeoramiento son: las dificultades económicas (91,4%), la incertidumbre ante el futuro (89,0%) y la presión, las exigencias y estrés del día a día (88,8%), seguidas de la pandemia de la covid-19 y de la sensación de que vivimos en una sociedad cada vez más individualista y muy competitiva.
ESTIGMA DE LA SALUD MENTAL
«Más de la mitad de las personas encuestadas han sufrido rechazo o estigma por parte de su salud mental. Sufren los prejuicios de los demás. Por ello, in 11% de la población no ha compartido con nadie sus problemas de alud mental y eso acarrea una terrible soledad», destacó Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental España.
Según los resultados del informe, transcurrido más de un año desde el final de la pandemia, casi 6 de cada 10 españoles (57%) se sienten preocupados, temerosos, deprimidos o tristes.
Por otra parte, cuatro de cada diez personas en España (42,1%) han sufrido una depresión a lo largo de su vida; un porcentaje algo mayor, un 47,6%, han experimentado ataques de ansiedad o pánico y un 36,9%, ansiedad prolongada en el tiempo.
El informe también refleja que un 18,9% de la población de más de 18 años consume psicofármacos y el 73% de ellos lo hace a diario. Los más utilizados son los ansiolíticos (61,9%) y los antidepresivos (47,2%). El médico de Atención Primaria es quien los prescribe de forma más habitual (55,1%), seguido del psiquiatra (35,2%).
En cuanto a la atención médica, el 26,2% de las personas acude actualmente a un especialista de salud mental (20,8% a consulta de Psicología y 17,6% a consulta de Psiquiatría).
La investigación detalla que la suma de estos dos últimos porcentajes supera el 26,2% inicial, dado que en el informe se trataba de una pregunta de respuesta múltiple y algunas personas encuestadas reciben atención de ambas especialidades.
RADIOGRAFÍA DEL ENFERMO
Una parte del informe evalúa el perfil y la situación de las personas con experiencia propia en problemas de salud mental (denominadas PEP) y lo compara con la población general. Este grupo lo conforma casi uno de cada cuatro españoles (22,8%) del total de la muestra y en él se han incluido tanto las personas que han sido diagnosticadas al respecto, como aquellas que en el cuestionario autoevaluaron su salud mental como mala y muy mala.
Respecto a las personas que han tenido un diagnóstico de un problema de salud mental, este suele producirse en la juventud; en concreto, la edad media de quienes lo han sufrido se sitúa en los 26 años.
Los problemas y relaciones familiares (36,3%) y la autoexigencia en los ámbitos profesional o académico (32,4%) son las dos causas más señaladas por las personas con problemas de salud mental como detonantes para la aparición de los problemas de salud mental.
En materia de terapias, el estudio revela que el 57,1% de los tratamientos se basa en la prescripción de fármacos, seguido por la psicoterapia (47,6%) y la participación en programas sociales de apoyo (27,4%).
A este respecto, Nel González Zapico afirmó que «la prescripción de fármacos están tapando un poco la falta de atención psicológica y psiquiátrica».
De entre las personas diagnosticadas con un problema de salud mental, más de la mitad (58,5%) ha sentido rechazo social por ello en algún momento de su vida por parte de su entorno. Además, el 55% ha sentido en algún momento discriminación, siendo el laboral el ámbito más común en el que se produjo.
MUJERES Y JÓVENES, MÁS VULNERABLES
Un 61,3% de las personas que ha sufrido problemas de salud mental son mujeres, frente al 38,3% de hombres. Además de las mujeres, los jóvenes pertenecientes al grupo de edad de entre 18 a 34 años son los que valoran más negativamente su salud mental: sólo el 30,8% considera que su salud mental es buena o muy buena. Igualmente, como se ha mencionado anteriormente, duplican la tasa de ideas o intento de suicidio (31,8%) de la población general (14,5%).
Una de cada cinco personas diagnosticadas con un problema de salud mental ha estado ingresada en un área de psiquiatría. De ellas, el 60,1% de las personas con un problema de salud mental asegura haber sido ingresado/a en un hospital de forma involuntaria.
Un 40,3% explica que recibió poca o ninguna información clara, suficiente y comprensible sobre su trastorno, el 46,3% afirma que recibió poca o ninguna información suficiente acerca de los efectos secundarios de la medicación y un 48,1% manifiesta que recibió poca o ninguna información sobre todos los tratamientos alternativos.
Por otra parte, la población general considera que no se destinan suficientes recursos al cuidado de la salud mental y aboga por medidas tanto sanitarias como sociales para ayudar a las personas con un problema de salud mental.
Entre ellas señalan, con carácter prioritario, aumentar el número de profesionales de salud mental (67,8%), asegurar la continuidad del tratamiento con el mismo o la misma profesional a lo largo del proceso (48,7%) y la existencia de más centros de salud mental comunitarios (46,4%).
Por último, un 58% demanda acciones de apoyo para prevenir el estrés laboral y las situaciones de acoso; un 51,3% la promoción de iniciativas comunitarias para prevenir la soledad y fomentar la resiliencia y un 48% apela a la inclusión de programas específicos de prevención y sensibilización en el ámbito educativo.