• 8 de octubre de 2024 8:38 PM

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    Los niños españoles toman «más del doble» de los azúcares añadidos recomendados por la OMS, según un estudio

    – Los expertos reclaman que en el etiquetado del producto se obligue a registrar el azúcar añadido

    MADRID, 25 (SERVIMEDIA)

    Los niños españoles toman a diario «más del doble» de los azúcares añadidos recomendados por la OMS, según un estudio de la Universidad de Granada (UGR), por lo que propone que se baje su consumo y que se reformule la composición de ciertos alimentos muy consumidos por los pequeños.

    Además, sólo el 35% de los azúcares añadidos consumidos por los niños españoles procede de alimentos con elevada densidad nutricional, lo que significa que la mayor parte procede de alimentos como bollería industrial, golosinas o bebidas azucaradas.

    Así se desprende de los resultados del estudio ‘Consumo de azúcar añadido en niños españoles (7-12 años) y densidad de nutrientes de los alimentos que contribuyen a dicho consumo: un estudio observacional’, elaborado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Intya), de la Universidad de Granada, y presentado este jueves.

    Para realizar la investigación, que ha sido publicada en la revista ‘Nutrients’, se ha contado con una muestra de 1.775 adultos con hijos de entre 7 y 12 años. Los expertos de la URG han estimado su ingesta de azúcares añadidos, además de analizar la densidad nutricional de los alimentos que aportan estos azúcares a la dieta de los menores.

    FALSA PERCEPCIÓN DE ALIMENTOS SANOS

    Según el doctor Jesús Francisco Rodríguez Huertas, catedrático de Fisiología del Intya, los niños españoles consumen «más del doble de azúcares añadidos a diario respecto a los valores que recomiendan las autoridades europeas y las sociedades científicas españolas». Además, otra de las conclusiones es que «la mayoría de los padres piensan que los alimentos que compran son sanos, cuando muchos de ellos tienen azúcares añadidos».

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    Por ello, los investigadores explicaron que «hay que reformular la cantidad de azúcar añadido en estos alimentos», además de «exigir que se incorporen estas cantidades a los etiquetados de los productos» y promover que los niños consuman alimentos más saludables.

    Para llevar a cabo la investigación, los autores construyeron un índice para evaluar el valor nutricional de los alimentos objeto del estudio, reflejando la densidad de nutrientes presente en cada porción de cada alimento (NDIS), y un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), calculado en función de la cantidad diaria consumida de cada alimento.

    «Ha sido muy difícil identificar la cantidad de los azucares añadidos en los alimentos, puesto que no están declarados en el etiquetado. Sólo lo obtuvimos en cuatro alimentos. De unas 30 empresas a las que nos dirigimos, la gran mayoría nos contestaba que dicha información era confidencial y sólo tres empresas nos la facilitaron», destacó María Dolores Mesa-García, catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada.

    RECOMENDACIONES PARA BAJAR EL AZÚCAR

    En cuanto a las pautas nutricionales, «hay alimentos que no contienen azúcares añadidos como la leche, el yogur natural o los zumos no el néctar», como señaló Marta Palma Morales, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos. «Los alimentos que más azúcares añadidos aportan son la bollería industrial, las galletas -aunque sean sin chocolate-, cacao en polvo o golosinas, porque además contienen pocos nutrientes, por lo que hay que consumirlos de forma ocasional».

    Pero esos son los alimentos «que más gustan a los niños», según reconoció la doctora Morales, quien hizo un llamamiento a la industria alimentaria para que reduzcan los azúcares añadidos y se aumenten los nutrientes de estos productos.

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    «Los azúcares que hay en la fruta no son tan peligrosos y pueden emplearse para endulzar algunos postres», agregó. «Si se ha logrado reducir la cantidad de sal en el pan, de la misma manera se puede reducir la cantidad de azúcar y reeducar el paladar de los niños».

    Por otra parte, la percepción de que lo casero es saludable no es siempre cierta, «porque si añadimos mucha azúcar, vuelve a ser un alimento poco saludable», recalcó la doctora Marta Palma, quien recomendó echar menos azúcar al bizcocho casero «enriqueciéndolo con fruta» o endulzar las bebidas con miel natural (no sirope).

    Añadió que «una galleta sencilla también tienen muchos azúcares añadidos» por lo que es necesario «reformular lo que a ellos les hace felices comer». Por último, los especialistas en Nutrición concluyeron que solicitarán a la Administración «que regule» la declaración de los azúcares añadidos en las etiquetas para que los padres puedan hacer una compra más saludable.