MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, condenó este lunes los insultos recibidos ayer por el jugador del Real Madrid Vinicius Júnior de «unos cuantos indeseables», pero respondió al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, que «España no es un país racista».
Así lo comentó ante los medios de comunicación en un acto en el que remarcó que cualquier comportamiento racista o xenófobo es «inmediatamente condenable y censurable sin ningún tipo de matiz».
Por tanto, transmitió su condena a cualquier tipo de comportamiento racista o xenófobo que se produzca en cualquier ámbito de la vida y, en este caso, especialmente, en el ámbito deportivo, que «transmite unos valores muy diferentes de lo que es el racismo y de lo que es la xenofobia. Por ello, remarcó, «creo que todos debemos estar unidos».
A partir de ahí, continuó el regidor madrileño, «también creo sinceramente que España no es racista». En este sentido, incidió en que «si unos cuantos indeseables tienen un comportamiento racista, no quiere decir que España o que Madrid sea racista».
Almeida recalcó que lo que hay que hacer es «perseguir con todas las consecuencias» a los que tienen ese tipo de comportamientos, pero «no cabe tampoco caer en generalizaciones que pueden ser un tanto injustas».
El alcalde comentó Madrid en una ciudad «muy libre, muy abierta y muy acogedora y lo sabe todo el mundo». Por ello, continuó, «para seguir siendo libre, abierta y acogedora, tenemos que terminar con ese tipo de comportamientos».
Por tanto, reiteró su condena «total y absoluta» de comportamientos racistas o xenófobos que se produjeron ayer y confió en que «caigan todas las consecuencias» pero, al mismo tiempo, también «reivindicar que creo que la sociedad española no es racista, sino que lo que tenemos que hacer es expulsar cualquier comportamiento racista que en un momento dado pueda salir».
Por ello, confió en que se tomen medidas «de inmediato» para atajar cualquier comportamiento racista que se produzca en un campo de fútbol y, por tanto, las autoridades deportivas «tendrán que tomar cartas en el asunto y evitar que este tipo de comportamientos se vuelvan a reproducir de cualquier manera».